sábado, marzo 11, 2006

LA PRENSA QUE CONTAMINA

El conflicto por la instalación de 2 plantas de celulosa, frente a la ciudad de Gualeguaychú, es un hecho incomprensible para el periodismo de la Capital Federal.
Sobre todo, porque no se han preocupado demasiado en entenderlo.
De esta forma los comunicadores, con sus desconocimientos a cuestas, han realizado reportajes a los voceros de las cuestionadas empresas, en donde se les consultó muchas cosas, menos acerca de los puntos más controversiales de los emprendimientos.

COMO POR EJEMPLO:
· Cuando el gobierno oriental, los autorizó unilateralmente a desarrollar sus proyectos, ¿Ustedes no sabían que estaban violando el tratado del río Uruguay?
· ¿Por qué no se presentaron los diseños de las plantas?
· ¿No es irresponsable haber realizado el plan de monitoreo de las emisiones gaseosas, en base a los vientos de la ciudad de Salto, los cuales, son muy distintos a los de Fray Bentos y Gualeguaychú?
· ¿Por qué el destacado ingeniero químico, Ignacio Stolkin, luego de analizar el informe ambiental de Botnia, concluyó que carece de rigor y seriedad científica?
· ¿No es poco serio, carecer de un plan de contingencia, ante eventuales accidentes que pudiesen afectar al río?.
· ¿Por qué no se estipularon indemnizaciones hacia los estados de Uruguay y Argentina, en casos que sus ecosistemas resultasen dañados?
· ¿Que motivó al asambleísta oriental, Marcelo Kairus, a afirmar que ustedes los sobornaban?.

A pesar de ignorar y en consecuencia, no consultar acerca de estas cuestiones, los periodistas, sin ponerse colorados, han acusado a los gualeguaychenses de EXAGERADOS.
Y además, de atar a toda la argentina a una disputa contra el querido país vecino.

Pero estos deformadores de la realidad, pretenden acaso, que los entrerrianos se queden con los brazos cruzados, mientras los asfixian cada día con 14 millones de metros cúbicos de gases.
O tal vez esperan que no intenten proteger al cuerpo hídrico receptor, que según el informe técnico de la Cancillería Argentina, es frágil y no puede absorber más sustancias nocivas, por contener ya, altos niveles de fósforo.
En definitiva, quienes nunca hicieron nada por recuperar el riachuelo, no entenderán jamás, que otros puedan cuidar y querer a un río.


Sadi Vilaboa
Estudiante de Comunicación Social de la U.N.L.P.